Emoción, fiesta, ambiente del bueno y fútbol en estado puro es lo que se vivió la noche de Reyes en San Mamés con dos equipos que pusieron todo para conseguir el pase a cuartos. Lo consiguió el Barcelona, con sufrimiento y a los puntos, en una eliminatoria en la que no ha demostrado ser superior al Athletic, que solo por el valor doble de los goles marcados fuera de casa ha sido apeado de su competición, la Copa del Rey.
Abidal, en su primer gol como azulgrana, fue decisivo en el pase de su equipo, instante después de que un idiota le lanzara una moneda y acertara en su rostro. Los rojiblancos no se dieron por vencidos y aún tuvieron fuerzas para empatar con un tanto de Llorente, insuficiente para seguir con vida tras el 0-0 de la ida. Copa en todo su esplendor. Por cierto, el partido también sirvió para que el nuevo fichaje azulgrana Ibrahim Afellay debutara oficialmente.
De salida, Joaquín Caparrós demostró por qué está entre los elegidos, entre los mejores técnicos de España. Lejos de volcarse en el área del Barcelona, muchos lo veían como una obligación por aquello de casa y por el empate a cero del choque de ida, el técnico decidió que su equipo esperara a los azulgrana, que la iniciativa fuera de los de Guardiola. Tan importante era para el Athletic marcar como no recibir gol alguno.
Eso sí, no se olvidó de ordenar que sus jugadores presionaran al rival, con Toquero y Llorente como primeros en ahogar la creación desde atrás del Barcelona. Después estaban Susaeta y Gabilondo, con la escolta de Gurpegi y Javi Martínez para que ningún jugador visitante se permitiera el lujo de levantar la cabeza, en especial primero Xavi y después Messi, que veía como cada vez que tenía el balón se iban escalonando los jugadores del Athletic hasta impedirle acercarse con peligro a la portería de Gorka.
Pese a la perfecta tela de araña que tejieron Caparrós y los rojiblancos, la primera y gran ocasión de la primera parte la tuvo Villa en su cabeza. Tan claro lo vio el asturiano que se limitó a tocar el perfecto envío de Alves. Gorka solo podía tirar de intuición y eso fue lo que hizo para detener un cabezazo que le llegaba desde medio metro de distancia. La jugada sentó bien en San Mamés. La afición despertó y quitó el miedo que tenía su equipo de verse enfrente del mejor equipo del momento. Ese animo sirvió para que el Athletic diera un paso al frente, que al menos buscara la portería de Pinto. Eso sí, la pelota seguía siendo del Barcelona, pero los de Guardiola se dieron cuenta de que el equipo vizcaíno iba en serio, en especial tras la jugada de Gabiolondo por la banda izquierda, que Susaeta mandó al segundo anfiteatro con toda la portería a su disposición.
Pedro, por encima del resto
Tras las claras oportunidades de uno y otro equipo llegaron minutos de tanteo. El Barcelona manejaba y controlaba el juego pero sin excesivo peligro, no se sentía cómodo. Las apariciones del Athletic por las cercanías de Pinto llevaban más peligro. Toquero y, en los instantes finales, Gurpegi la tuvieron, ambos de cabeza, pero el Barcelona tampoco se quedaba atrás y marcó distancias con una jugada de Pedro y otra de Xavi en el único fallo de la defensa vizcaína. Por cierto, el canario está por encima del resto en este inicio de año.
El descanso nada cambió. Uno y otro buscaban a su manera ese gol que les colocara en los cuartos de Copa. Si acaso, el control del juego estuvo más repartido. El Athletic demostró que había perdido el miedo al Barcelona, pero mantenía los pies y seis jugadores en su campo durante casi todo el rato. Los de Guardiola fueron fieles al guión que el técnico empezó a escribir hace dos años y medio: buscar el triunfo con el toque y el buen fútbol. El problema es que enfrente tenía a un equipo que se sabía la lección al dedillo y que no estaba dispuesto a decepcionar a toda una ciudad.
El Barcelona fue creyendo poco a poco más en sus posibilidades, lo que le dio una oportunidad, la única clara de la segunda mitad. Abidal no perdonó y sentenció el pase. El Athletic bajó un ápice el tono físico debido al tremendo desgaste de presionar sin desmayo al Barça y lo terminó pagando, quizás de manera injusta. Al final el gol de Llorente sirvió para dar emoción a los instantes finales, menos no se merecía San Mamés.
Ficha técnica:
1 - Athletic Club: Iraizoz; Iraola, Ustaritz, Ocio, Koikili; Susaeta (David López, m.46), Gurpegui, Javi Martínez, Gabilondo (Muniain, m.79); Toquero (De Marcos, m.67) y Llorente.
1 - FC Barcelona: Pinto; Alves, Piqué, Abidal, Adriano (Iniesta, m.61); Busquets, Xavi (Puyol, m.77), Keita; Messi, Villa (Afellay, m.90) y Pedro.
Goles: 0-1, m.74: Abidal. 1-1, m.85: Llorente.
Árbitro: Muñiz Fernández (Colegio Asturiano). Mostró tarjeta amarilla a los locales Gurpegui, Toquero, Ustaritz, y a los visitantes Busquets, Pinto.
Incidencias: Lleno en San Mamés. Unos 40.000 espectadores. Una multitud acompañó al Athletic en su salida del hotel de concentración y parte de ella le acompañó en el viaje a hasta el campo. Partido de vuelta de octavos de final de la Copa del Rey.
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