PORTUGAL 4- ESPAÑA 0 La vecina sonroja a España

Cristiano Ronaldo y Nani marcaron las diferencias, mientras la presión ahogaba al mediocampo visitante

Una Portugal eléctrica pasa por encima de la selección, que apenas inquietó y pudo recibir un mayor castigo

Autor:Xurxo Fernández
ANTONIO COTRIM/EFE

Argentina no fue un accidente. Ni viaje transoceánico, ni cansancio postmundialista. Esta vez fue ahí al lado, en Lisboa, donde el modelo español recibió un terrible castigo del que no se salvó siquiera alistando al once que abrochó el cetro planetario frente a Holanda.

Portugal impuso el individuo al colectivo y la carrera al toque y ahí no hay otro rey que Cristiano. El 7 protagonizó el partido en cada una de sus fases. De inicio, adelantó doce días las fricciones del clásico e intercambió patadas y tarjetas con Busquets. El del Barça zancadilleó primero y el del Real Madrid le respondió con un plantillazo en la siguiente jugada.

Piqué acudió de inmediato a abroncar al portugués y el central catalán se convirtió en el siguiente rival del delantero luso. Por dos veces salió victorioso el defensa, espectacular al cruce, pero Cristiano estuvo muy cerca de sacar tajada a la tercera. En una de las muchas contras locales, pisó el área de Casillas y retuvo el balón lo justito para que pasaran de largo las piernas de Piqué, lanzado a ras de suelo. Un globo perfecto habría redondeado un tanto espectacular, pero Nani quiso robarle el protagonismo a la estrella de su equipo. El del Manchester metió la cabeza sobre la línea y el asistente anuló el gol por fuera de juego. No había posición ilegal, pero el enorme cabreo de Cristiano tenía mucho más que ver con la intromisión de su compañero que con el error arbitral.

Con esa jugada, a la media hora de encuentro, arrancó el festival portugués. Un minuto más tarde, Piqué salvaba bajo el larguero un tanto cantado de Martins. El del Benfica se resarció al borde del descanso y clavó el primero en la portería española tras un nuevo lujo del 7 luso, que se deshizo de Busquets con un gran quiebro y forzó un complicado rechace del arquero.

Los de Del Bosque enfilaban el vestuario por debajo en el marcador y sometidos en el juego, después de una primera parte en la que la campeona del mundo apenas dejó una acción de mérito. Fue un taconazo perfecto de Iniesta para la carrera de Capdevila, que metió el balón medido al área chica de Eduardo. Allí apareció Silva para cabecear completamente solo a la izquierda de la meta rival.

El baile de nombres en el intermedio no trajo novedades sobre el césped. Portugal dio continuidad a su desenfreno y a los cuatro minutos ya había doblado la ventaja. Postiga redondeó de tacón una gran galopada de Moutinho. Ni siquiera a palos reaccionó España, que agradeció por segunda vez a Nani que otro gol hecho no subiera al marcador. El extremo dilapidó una gran acción individual (de nuevo a la contra) con una floja vaselina que ni siquiera inquietó a Casillas.

Los de casa dominaban a su antojo, al abrigo de la estrategia impuesta por Paulo Bento. La agobiante presión anuló por completo al mediocampo visitante, donde Xavi estuvo perdido en todo momento y ni siquiera regresó de la caseta tras el descanso. Tampoco lo hizo Cristiano Ronaldo, pero su ausencia apenas mermó la superioridad lusa, cimentada en un par de velocísimos extremos y certificada con un tercer tanto, de nuevo obra de Postiga.

Esta vez el ingreso de Llorente llegó tarde y no tuvo el efecto de Sudáfrica. La diana de la honrilla ni se atisbó y Portugal transformó la promoción de la candidatura ibérica para el 2018 en homenaje onanista redondeado con paliza al vecino a la altura del descuento.

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